domingo, 26 de septiembre de 2010

Midazolam: su uso como sedante

Es la benzodiazepina más utilizada actualmente en el contexto de los pacientes críticos, es muy estable en soluciones acuosas, lo cual la hace más apropiada para su uso en perfusión continua. Debido a su alta liposolubilidad en ph fisiológico tiene un rápido inicio de acción (1-2 min), es una droga de acción corta (30 min-2 h), aunque diversos estudios en enfermos críticos han demostrado que en estos la vida media del midazolam es más prolongada, próxima al loracepam. Su metabolismo es hepático y su principal metabolito, el 1-hidroxi-midazolan, posee un 10% de la actividad del midazolam y el 50% de su vida media, este metabolito se elimina por vía renal.

En sedaciones prolongadas se puede producir una prolongación de la sedación, una vez que se suspende la perfusión, lo cual produce depresión respiratoria que puede retrasar el destete. Varios estudios comparando la sedación prolongada con midazolam y propofol confirman este retraso en el destete. La prolongación de la sedación después de suspender la perfusión puede tener múltiples causas, entre ellas la insuficiencia hepática que reduce la tasa de metabolización, y la insuficiencia renal por disminución de la eliminación del principal metabolito del midazolam.

Es una benzodiazepina con pocos efectos cardiovasculares. Se pueden observar episodios de hipotensión moderados, especialmente con dosis de inducción y en pacientes con severa vasoconstrición, hipotermia o hipovolemia, la hipotensión suele responder bien a carga de fluidos.

El midazolam puede dar lugar a reacciones paradójicas con presencia de agitación en las fases iniciales de tratamiento, estas son reacciones muy infrecuentes, si aparecen debe considerarse un tratamiento alternativo. Si es relativamente frecuente la aparición de taquifilaxia, que conlleva la necesidad de dosis cada vez mayores, para conseguir el mismo nivel de sedación. Si la taquifilaxia implica la necesidad de dosis altas de midazolam, es necesario cambiar el régimen de sedación para evitar acumulación de droga y de sus metabolitos.

También se observa con el midazolam la presencia de síndromes de deprivación, que pueden dar lugar a la presencia de convulsiones, temblor, confusión, ansiedad, agitación, alucinaciones, taquicardia y fiebre. Los fenómenos de deprivación son más frecuentes con dosis altas de midazolam y en sedaciones prolongadas. Es posible evitar estos fenómenos retirando el midazolam de forma progresiva, así pues no es conveniente una retirada brusca del midazolam después de sedaciones prolongadas, puede ser beneficioso una transición a benzodiacepinas de acción larga como el loracepam.

El midazolam, tiene efectos aditivos con los opiáceos y frecuentemente también efectos sedantes sinérgicos, con los mismos. aunque también se han descrito efectos antagónicos entre las benzodiacepinas y los opiáceos, en general se disminuyen los requerimientos y se producen efectos cardiorespiratorios más profundos cuando se administran conjuntamente benzodiazepinas y opiáceos.

Dosis:- bolo: 2, 5-5 mg (0,07-0,3 mg/kg.) - infusión: 0,5-6 mg/h (0,1 mg/kg. )

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